Delirios de grandeza
Esta mañana llamaron de la recepción de la empresa donde trabajo, diciendo que había dos personas que solicitaban hablar con algún encargado. Al parecer venían a traer un obsequio como agradecimiento a una gentileza que había tenido la empresa con su institución.
El dueño no se encontraba en ese momento, y el gerente general estaba en reunión, así que me dijo si los podía atender yo. Justo yo! Entre 250 empleados, me consideraron como número 3. Emoción! Así que ahí fui, contento, sintiéndome el re jefe, y preguntándome de qué empresa serían las personas que me esperaban.
Eran dos monjas, que me dejaron una torta y una carta :( Soy un perejil.
Bueno, la torta estaba rica.
El dueño no se encontraba en ese momento, y el gerente general estaba en reunión, así que me dijo si los podía atender yo. Justo yo! Entre 250 empleados, me consideraron como número 3. Emoción! Así que ahí fui, contento, sintiéndome el re jefe, y preguntándome de qué empresa serían las personas que me esperaban.
Eran dos monjas, que me dejaron una torta y una carta :( Soy un perejil.
Bueno, la torta estaba rica.
Etiquetas: Desencantos
5 Comments:
A veces esta bueno sentirse importante en silencio, calladamente para los adentros de uno mismo. Despues, contarlo en el blog y recibir la convalidacion de los amigos blogeros.
Bueno, beso.
che, pero que te den una torta es lo mejor que te podía pasar!!!!
(habló la cerdita!)
saludos
muria: puede estar bueno, sin duda, siempre y cuando no te termines chocando contra una pared semejante a la muralla china ;)
sara: ja! cierto. Además estaba buena en serio!
besos a las 2
si era de chocolate mejor
slds!
RoMa: Bienvenida!
Estoy muy de acuerdo, pero lamentablemente no. La torta era (y esto va a sonar asqueroso) de RICOTA. En otra situación no la hubiera tocado, pero bueno, no tenía otra cosa a mano, y para ser sincero, me sorprendió lo rica que estuvo. Nunca pensé que una monja me hiciera vivir nuevas sensaciones :P
Saludos!
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