miércoles, octubre 03, 2007

Una de terror - Parte II


Debido al estrepitoso éxito del post anterior (1 comment después de muchos "ceros" es un éxito) voy a continuar con la categoría "Historias Infantiles y de Espanto".
Resulta que de pequeño se me había dado por adornar mi habitación con toda clase de objetos horrorosos. Recuerdo que tenía un esqueleto de cartón, algunas caretas de Frankenstein y unos murciélagos y bichos que brillaban en la oscuridad. También había construido con hilo negro una telaraña gigante que colgaba de la pared, en cuyo centro lucía amenazante una araña de goma del tamaño de un puño. Ahh! y un cráneo! Humano, verdadero. Herencia de mi hermana, por aquel entonces estudiante de medicina. Ese dormitorio parecía sacado de un capítulo de "Tales from the crypt", era maravilloso.
Pero lo más curioso era la función que le atribuía a semejante decoración. Al margen de la dudosa estética, yo flasheaba que todo esto sería un mecanismo de seguridad. Si algún día entrara un ladrón a mi pieza, cuando encendiera la luz se pegaría tal susto que saldría corriendo, desistiendo de la idea de robar en mi casa...
Fantasioso yo???

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Dos cosas:
Referente a este post, cuando yo era chiquita creía que freddy era mi amigo. Una suerte de "amigo imaginario".
Respecto del post anterior, lo de las bananas es para que el auto ande y no haga ruido (?) o algo así. Pero al toque se piede el efecto de la banana, por obvias razones. Todo para venderte un auto que no anda. Como no sé de autos, nunca terminé de entender dónde y cómo ponian las bananas o si eran sólo las cáscaras... supongo que nunca lo sabremos...
Te mando un beso.

8:25 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home

Blog Counter