lunes, noviembre 10, 2003

Después de mucho tiempo, releo mis antiguos posts. Me invade un sentimiento de nostalgia, por todo lo que en algun momento surgio con fluidez, y por lo que ahora mezquinamente rehúsa manifestarse. Eso me enerva un poco. Entonces me obligo a escribir la primera tontería que se me ocurra. Una voz burlona me dice “…hace tanto tiempo…” “…que vas a hacer ahora….” “…ya no va a ser lo mismo…”
Y que? Digo yo, sublevándome un poco contra mi mismo y mis detractores internos. Es mi blog. Puedo hacer lo que quiero. Abandonar. Retomar. Bardearlo. Bastardearlo. Quererlo. Extrañarlo. Hasta que yo quiera. Entonces las voces cambian de cara, y me regalan un guiño compinche, como diciendo: “claro tonto, era una broma…”
Me quedo apenas un poco más tranquilo, pero igual desconfío. Nunca se puede confiar en las voces, están siempre al acecho. Y esperarán hasta el próximo respiro para seguir amenazando, para hacerte parar.
Puedo ser mi amigo, pero hasta ahí nomás.

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